Gran Depresión de los Años 30

La Gran Depresión tuvo su punto de partida en octubre de 1929, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York se desplomó en lo que se conoció como el "Jueves Negro". El pánico se apoderó de los inversionistas, provocando una espiral descendente que llevó a la quiebra a innumerables empresas y dejó a muchos ciudadanos comunes en la ruina.

Aunque el colapso del mercado de valores fue un catalizador, las raíces de la Gran Depresión eran más profundas. Factores como la sobreproducción industrial, la especulación desenfrenada, la desigualdad económica y las políticas comerciales proteccionistas contribuyeron a la fragilidad económica que finalmente estalló en una crisis sin precedentes.

La desesperación se extendió rápidamente a medida que millones de personas perdieron sus empleos y ahorros. Las tasas de desempleo alcanzaron niveles asombrosos, y la pobreza se convirtió en una realidad cotidiana para muchas familias. La difícil situación llevó a cambios sociales significativos, con un aumento en la migración interna y el surgimiento de movimientos de protesta y sindicales.

En respuesta a la crisis, los gobiernos tomaron medidas para intentar estabilizar la economía. El New Deal en Estados Unidos, liderado por el presidente Franklin D. Roosevelt, fue un conjunto de políticas y programas diseñados para combatir el desempleo y la pobreza, estableciendo un precedente para la intervención gubernamental en la economía.

La Gran Depresión dejó una profunda impresión en la memoria colectiva y sirvió como un catalizador para cambios económicos y políticos a nivel global. Se aprendieron lecciones cruciales sobre la importancia de la regulación financiera, la necesidad de políticas económicas y la importancia de un enfoque equilibrado en el comercio internacional.