La historia económica de España se remonta a la época prerromana, cuando las primeras civilizaciones que habitaron la península ibérica comenzaron a desarrollar la agricultura y el comercio. La llegada de los romanos a Hispania en el siglo III a.C. supuso un importante impulso para la economía española, que se convirtió en una de las provincias más prósperas del Imperio Romano.

Tras la caída del Imperio Romano, la economía española entró en un periodo de declive. El país fue dividido en varios reinos cristianos y musulmanes, lo que dificultaba el comercio y el desarrollo económico. Sin embargo, a partir del siglo XII, la economía española comenzó a recuperarse, impulsada por el crecimiento de la agricultura, la ganadería y el comercio.

En el siglo XVI, la economía española alcanzó su máximo apogeo. El descubrimiento de América supuso un importante impulso para el comercio y la economía española, que se convirtió en una de las potencias económicas más importantes del mundo.

Sin embargo, el siglo XVII marcó el inicio de un periodo de declive económico para España. La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) debilitaron al país y provocaron una crisis económica.

En el siglo XVIII, España inició una serie de reformas económicas para modernizar su economía. Sin embargo, estas reformas no tuvieron el éxito esperado y el país siguió sumido en una crisis económica.

En el siglo XIX, España se vio inmersa en una serie de guerras civiles y revoluciones, que dificultaron el desarrollo económico del país. Sin embargo, a finales del siglo XIX, la economía española comenzó a recuperarse, impulsada por el crecimiento de la industria y el turismo.

En el siglo XX, España vivió dos guerras mundiales, que provocaron una importante recesión económica. Tras la Segunda Guerra Mundial, España inició un periodo de crecimiento económico, que se vio impulsado por la entrada del país en la Unión Europea en 1986.

En la actualidad, la economía española es la cuarta economía más grande de la Unión Europea. Sin embargo, el país se enfrenta a algunos retos, como el envejecimiento de la población, la desigualdad y la inestabilidad política.